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Danzas Vegetales es un proceso que elabora materiales a raíz de preguntas, encuentros y experiencias que hemos sembrado a lo largo de seis residencias artísticas en el Huerto Roma Verde [HRV]. Nuestra investigación-creación inicia con preguntarnos cómo podemos relacionarnos con lo vegetal de una manera no antropocéntrica, contemplando una vida multiespecie con diversas formas de existencia que necesitan aprender a vivir en mutua responsabilidad. Se compone de tres prácticas corporales, tres acciones y dos performances que fueron presentados en el espacio del HRV, así como de la exposición de todas las especies de plantas con las que nos hemos relacionado durante el proceso creativo de manera formal, alimenticia o sensorial. Durante la exposición de las especies de plantas en el HRV se activan relatos multiespecie contados por seres humanos que se preguntan qué hay de vegetal en ellxs, y cómo pueden relatar un recuerdo a partir de una perspectiva post-humanista.

Danzas vegetales se compone de procesos; sus materiales de exposición son un montaje entre estos procesos y sus vías expresivas. Exponemos fragmentos de nuestros procesos y piezas que derivaron de ellos. Mostramos la tierra y la flor -el registro y el hallazgo- como parte de una misma constelación de imágenes, tanto en la instalación performativa presencial, como en este espacio virtual y en el resto de materiales que hayan surgido de nuestra investigación-creación.  

Las tres prácticas corporales exponen formas de comunicarse con las plantas de manera íntima, mística o lingüística. Todas las prácticas se sitúan en un lugar de horizontalidad respecto a un ser que no es humano, y se escucha a una planta desde su agencia y su existir en GAIA. Se utiliza el cuerpo, la escucha o el lenguaje para entablar un diálogo en el que se comprende, desde un inicio, que la comunicación con una planta es posible desde lugares que no se encaminan hacia el pensamiento racional, científico o antropocéntrico.

Las prácticas de comunicación con las plantas propone expresar a través de técnicas como el dibujo o la danza la esencia que la planta ha comunicado a quien establece esta relación por medio de meditaciones e interacciones sensibles. La danza de los Kamis se inspira en el Teatro Nogaku para formular una práctica en la que una persona puede encarnar el espíritu de una planta y danzar a partir de esta encarnación como una manera de dialogar de forma sagrada con ella. Cuerpo inculto-malahierba propone des-estructurar el lenguaje para detonar, desde esa des-estructuración, un lenguaje plantae que active el cuerpo desde el universo de una planta, saliendo de la parcela de la cultura y de sus normas corporales.

Las tres acciones se instalan como gestos que permiten a quien participa ubicarse en el tiempo y en el espacio de manera lúdica y espontánea. El espacio para el té, acción generada a partir de la experiencia de La sopa del alma, dispone un tiempo para el disfrute del té y la conversación amena como parte de la performatividad de la instalación. Se ingiere una infusión de hojas de hinojo, cedrón y hierbabuena haciendo consciencia de ello, y permitiendo que a partir de estas plantas se genere una conversación entre quienes asisten. Los puntos de referencia se enmarcan en el ámbito del espacio, y de cómo nos relacionamos en un lugar con las plantas que lo habitan. A través de la lectura de un relato que compuso Susana desde las huellas de su relación con la tierra, se propone que quienes escuchen dibujen los ecos del relato en su cartografía personal. También se propone un recorrido en el que se expone La metamorfosis de una Dahlia a partir de fotografías y de #hashtags, y se invita a quienes lo transiten a elaborar sus propios #hashtags a partir de su relación con la Dahlia y de una perspectiva crítica respecto al concepto nación y de flor nacional.

Los performances consisten en la representación del sol en el cuerpo y vestido de Abigail que caminará por el HRV problematizando, desde esa representación trans, plástica-pop, la relación que se establece con las plantas a partir de su domesticación y el deseo por hacer realidad el mito de la Arcadia. Por otro lado, se elabora La danza del café para encarnar el espíritu de un cafeto y hacer una danza inspirada en la práctica del teatro Nogaku.

Este proyecto tiene, además de la instalación performativa en el Huerto Roma Verde y esta versión digital, una dramaturgia performativa escrita a ocho manos que se puede leer haciendo click en la imagen a continuación.

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Boletín de prensa 

Ficha técnica DV

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Además de este sitio web, Danzas vegetales es una dramaturgia performativa en la plataforma Miró. Es performativa porque esta deviniendo forma en tiempo presente, sin estar terminada, sino performando la dramaturgia en el aquí y el ahora de quienes colaboramos con ella. 

Si quieres participar en la dramaturgia performativa solo tienes que enviarnos por correo el material de tu participación y en dónde te imaginas que pudiera colocarse en el espacio de la dramaturgia. 

Debes tener en cuenta que la dramaturgia está gestándose como un árbol, es decir, debes colocar tu material con base en las partes esenciales de un árbol: tronco, raíz, rama, hoja, flor, fruto, etc. De este modo, cuando nos digas qué parte del árbol consideras que es tu material, nosotrxs podremos colocarlo en la dramaturgia. 

Presentación virtual de la instalación performativa:

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